Hace
poco me robaron los tenis. En el vestuario de un gimnasio de pijos. En
consecuencia, ahora sufro una grave falta de fe en la humanidad, que espero sea
reversible.
Lo cual
me llevó a pensar, bajo el sesgo de mi autocriterio, que si todo el mundo pensara
como yo viviríamos en equilibrio perfecto. Evidentemente, no habría
desacuerdos.
Pues
bien, así es, ¿no? Si algo tenemos en común es que tooodos tenemos una
excelente opinión acerca de nosotros mismos. "Todo sería paz y armonía si todos pensaran como yo". Quien no lo haya pensado nunca que tire la primera piedra.
Entonces
me/les pregunto...
- ¿Se planteará la zorrupia que me hizo volver descalza a casa, que el mundo sería un lugar mejor si todos fuéramos igual de malintencionados y ruines?
- ¿Bajo qué criterio decides que puedes confiar en un extraño?
- ¿Puedes confiar en un extraño?
- ¿Cuánto hace que no te acercas a hablar con alguien a quien no conoces, o vaya, a quien conoces de vista?
- ¿Cuándo vas a corresponder la sonrisa que te brinda esa persona todas las mañanas, aunque sea una completa desconocida?
- ¿Qué tal un simple buenos días a esa persona que ya esta dentro del ascensor cuando te dispones a subir?
- ¿Cuándo vas a dejar de poner esa cara de culo cuando alguien aleatorio se dirige a tí?
- ¿Cuánto más vas a tardar en abrirte?
Ya lo dijo YisusCraist, ama a tu prójimo (como a tí mismo!). Y esa es la única ley que existe, y ojo, que no lo digo por religiosa, sino por sentido común.
Joder,
que está en tus manos hacer de este planeta un lugar mejor. Atrévete a sentarte en una piscina de bolas con un extraño (cuidau, no lo tomes literal porque podrías ir a la cárcel, ahí lo dejo) y descubrir lo que tienes en común con él.
Y lo digo especialmente por mí y por tí, Santander, que no quiero perder la poca fe que me queda.
Y lo digo especialmente por mí y por tí, Santander, que no quiero perder la poca fe que me queda.