No les voy a decir que huyan de sus problemas. Tampoco que broten de su estoicismo latente. El miedo puede ser un potente motor, y la incomodidad, como cincel y martillo, un catalizador excepcional. Un amigo suele recordarme que "nada que valga la pena es fácil".
No puedo estar más agradecida de estar en mis zapatos, aunque por pedir, para este año que comenzó con un breve espectáculo pirotécnico amateur en mi calle, espero más voluntad;
más pequeños momentos;
más confiar en el instinto y en las personas;
más neuronas;
(más?) madurez pero no demasiada;
más escuchar a nuestro cuerpo;
más familia;
más amigos;
perspectiva y amor propio;
no estar pecando de codiciosa, y siempre dar desinteresadamente, como hacen las mejores personas que conozco.
Ojalá "de mayor" sea, por lo menos, la mitad de buena gente que ellas, y ojalá 2017 sea un gran año. Honestamente, con que sea la mitad de bonito que 2016 me bastará.
IG: @nolc |
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